Río Eo
Al mediodía, era siempre al mediodía,
en la frágil hora de las libélulas.
Alas de percalina planeaban
sobre el agua. Las truchas dormitaban
en el fondo del remanso.
La loca tejía. Tejía
coronas de algas con gesto paciente,
con ternura infinita.
Desnuda y cándida hilaba
sin tiempo, sin prisa, babas y risas.
El río le trepaba los muslos, lamía
su pubis florecido de oscuros
pétalos vírgenes.
En el aire zumbaban solitarios
moscones azules. La loca ya no tejía: extasiada
cerraba los ojos y el agua
gemía.
De "La tierra vertical"
Una síntesis de la naturaleza deliciosa.
ResponderEliminarMe alegra enormemente encontrarte en el mundo de los blogs
Un gran abrazo
Hola, Samuel: tardé pero me decidí, aunque soy una bisoña en esto, pero gracias a Humberto y a su paciencia, voy aprendiendo algo. El tuyo ya es un lujo. Y veo que la temática no se te agota. Un abrazo para ti también.
EliminarRealmente hermoso..."el río le trepaba los musmos..."
ResponderEliminarRezumas poesía. Un abrazo amiga
Gracias, Diego. Tú siempre tan gentil y generoso. Un abrazo.
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