Poema para Sara
Intentaba descifrar
el misterio de los números.
Cuántas son diez más diez
y por qué veinte resulta ser
de cuarenta la mitad.
Pero anochecía y los mirlos
se despedían de la luz...
Entonces comprendí que diez
son las manzanas que cuelgan
del otoño,
que, con otras diez, son justamente
la mitad de las cuarenta
que me caben apretadas en la falda.
De "La sombra del alcaudón"
La magia de los número que siempre nos supera.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, gaia56. Sin embargo casi podemos tocarlos cuando los mirlos se esconden de la luz o cuando las manzanas cuelgan del otoño. Es un poema dedicado a mi nieta Sara.
ResponderEliminarGracias de nuevo, por leerlo y por tu comentario.