TEMBLANDO
CON EL VIENTO
DEL ESTE
Más allá de lo
que encierran
la médula de
estos huesos
la llama
inteligente de la vida
la piel y los
sentidos
los ojos y su
campo de visión
el gusto y el
olfato...
había un mundo
que era sólo mío.
Mas, como magia
que nos llega de conjuros
muy antiguos, tú
estás conmigo ahora
respirando,
temblando con el viento del Este.*
*Claudio
Rodríguez
De “La
sombra del alcaudón”
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