¡Qué hermosas son siempre las cosas que nos ofreces! ¡qué suerte la mía tener un amiga como tú! Gracias por compartir con nosotros, por enseñarnos a ver la belleza en lo cotidiano. Besos
QUE MAGNIFICA FOTO Y QUE DECIR DE TUS VERSOS QUERIDA Y TALENTOSA AMIGA, CULTA Y PREPARADA. NO HAY TEMA QUE NO MANEJES... LO DIGO POR RODIN Y SU CAMILLE. GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE QUERIDA AURORA. BESOS
Querida Luján: la foto es de Internet, de esos bancos de fotos de los que sólo hace falta "copiar y pegar". Ni soy tan culta ni estoy tan preparada, lo que pasa es que tengo cierta habilidad para hacer que lo parezca, y mucha curiosidad por todo, eso sí. Lo de Rodin y Rilke lo leí en una excelente biografía sobre el poeta: "La belleza y el espanto" de Antonio Pau, un estudio sobre Rilke (a quien admiro tanto) y su obra, verdaderamente notable. No hay más secretos ni más nada que eso. Un abrazo y gracias a ti porque entrar en tu blog es sumergirse en un lugar de ensueño y sensibilidad.
Aurora: Muy bueno tu post. Bien elegidas las ilustraciones y mejor expresado el sentimiento hacia lo colores y sabores que la vid regala a nuestros sentidos. Ni qué decir de la evocación a ese mundo perdido, pero aun en la memoria gustativa de este diabético abstemio. Aunque no haga falta decirlo, por obvio, lo diré: ¡qué bien escribes! Un gran abrazo.
Hola, Arturo. Pues verás, a veces escribo aceptablemente, a veces doy pena y otras... por ahí ando. Escribo lo mejor que puedo, eso sí. Pero gracias por tus palabras. ¿Diabético y abstenio? Lo primero no es un regalo, pero lo segundo te garantiza no tener más problemas de los que, me imagino, que ya tendrás. Un abrazo desde la primavera... lluvia, lluvia, lluvia, un día de sol y salimos todos como lagartos a sintetizar vitaminas. Así suele ser Asturias. Los otoños son espléndidos con frecuencia, cálidos y llenos de color.
Aurora, soy de las militantes del otoño, y leer este poema que lo evoca en primavera, es una alegría. La textura del licor de Baco nos llega desde el juego de palabras y versos. Desde la imagen de la cepa que se desangra en vino. Catar este poema ha sido un lujo Un abrazo
Pues como militante del otoño, me sumo. Me encanta. Tiene matices y calideces que la primavera no puede ofrecernos. También la sensación de decadencia va bien con los caracteres melancólicos, aunque melancólica soy sólo en los poemas. Y el vino... me encanta, pero sólo el tinto y dos deditos en una copa. Un abrazo, Felicidad.
"...trampa dulce y acabada..." ¡Bendita trampa...! El vino es un arte,casi un milagro de la naturaleza y creo que no existe poeta que no haya cantado alguna vez al vino...
Lástima que yo no tenga el talento de Claudio Rodríguez en su "Don de la ebriedad" Lo mío se limita a poner una copita de anís en el arroz con leche y algo de coñac o vino blanco en la carne estofada. Por lo demás soy abstenia pero no rechazo una copa de vino tinto (si es muy bueno mejor que bueno)y recuerdo mis tres curdas infantiles por beber lo que no debía y por pura curiosidad. Un abrazo, Jerónimo.
Un abrazo de violetas en esta primavera de lluvia y niebla es lo que nos hace falta. Muchas gracias, tienes una gran facilidad para escribir versos. Un abrazo y... gracias de nuevo.
Un perfecto canto a los especiales caldos que nacen con un largo proceso que se gesta en otoño y se degustan en el momento adecuado para taninos y colores aporten el aroma adecuado. Creo, amiga Aurora, que has equivocado el blog al que querías comentar. No es problema. Estudia el c caso y actúa en consecuencia. Sólo picando sobe el nombre puedes acceder a Dactyliotheca.
La calidez del otoño es inigualable. Las vides llevan tal carga de historia, de vida, han acompañado al Hombre en todos sus avatares y lo han alegrado y, a menudo, matado. Un abrazo y gracias.
Noto el calor del sol y el sabor de la uva. Besicos.
ResponderEliminar¿Y eso no es sensual sensibilidad? Muchas gracias. Un beso.
ResponderEliminarAurora, tus versos son bonitos.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado la poesía, aunque no tengo el precioso don de poder transmitir emociones de esta manera.
Te felicito.
Un abrazo.
Pero sabes hacerlo de otra manera. Qué importa el cómo ¿no te parece? Un abrazo y muchas gracias.
Eliminar¡Qué hermosas son siempre las cosas que nos ofreces! ¡qué suerte la mía tener un amiga como tú!
ResponderEliminarGracias por compartir con nosotros, por enseñarnos a ver la belleza en lo cotidiano.
Besos
Pues la suerte es recíproca, ¿o no? Por cierto, genial el comentario sobre cultura de mercadillo. Un abrazo, amiguiña.
EliminarMIS PENSAMIWNTOS. MERCE CARDONA. Tu poema es precioso. y no digamos la foto, te agradezco tu visita, besos
ResponderEliminarGracias, Mercedes. Me había equivocado y te puse una respuesta que no era para ti. Gracias a ti de nuevo. Un abrazo.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQUE MAGNIFICA FOTO Y QUE DECIR DE TUS VERSOS QUERIDA Y TALENTOSA AMIGA, CULTA Y PREPARADA. NO HAY TEMA QUE NO MANEJES... LO DIGO POR RODIN Y SU CAMILLE. GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE QUERIDA AURORA.
ResponderEliminarBESOS
Querida Luján: la foto es de Internet, de esos bancos de fotos de los que sólo hace falta "copiar y pegar". Ni soy tan culta ni estoy tan preparada, lo que pasa es que tengo cierta habilidad para hacer que lo parezca, y mucha curiosidad por todo, eso sí. Lo de Rodin y Rilke lo leí en una excelente biografía sobre el poeta: "La belleza y el espanto" de Antonio Pau, un estudio sobre Rilke (a quien admiro tanto) y su obra, verdaderamente notable. No hay más secretos ni más nada que eso.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias a ti porque entrar en tu blog es sumergirse en un lugar de ensueño y sensibilidad.
Maravilloso!! Sientes y saboreas.
EliminarUn gran abrazo, querida Aurora.
Gracias, Marina. Saborear... será con el recuerdo. Un gran abrazo también.
EliminarAurora:
ResponderEliminarMuy bueno tu post.
Bien elegidas las ilustraciones y mejor expresado el sentimiento hacia lo colores y sabores que la vid regala a nuestros sentidos.
Ni qué decir de la evocación a ese mundo perdido, pero aun en la memoria gustativa de este diabético abstemio.
Aunque no haga falta decirlo, por obvio, lo diré: ¡qué bien escribes!
Un gran abrazo.
Hola, Arturo. Pues verás, a veces escribo aceptablemente, a veces doy pena y otras... por ahí ando. Escribo lo mejor que puedo, eso sí. Pero gracias por tus palabras.
Eliminar¿Diabético y abstenio? Lo primero no es un regalo, pero lo segundo te garantiza no tener más problemas de los que, me imagino, que ya tendrás.
Un abrazo desde la primavera... lluvia, lluvia, lluvia, un día de sol y salimos todos como lagartos a sintetizar vitaminas. Así suele ser Asturias. Los otoños son espléndidos con frecuencia, cálidos y llenos de color.
Aurora, soy de las militantes del otoño, y leer este poema que lo evoca en primavera, es una alegría.
ResponderEliminarLa textura del licor de Baco nos llega desde el juego de palabras y versos. Desde la imagen de la cepa que se desangra en vino.
Catar este poema ha sido un lujo
Un abrazo
Pues como militante del otoño, me sumo. Me encanta. Tiene matices y calideces que la primavera no puede ofrecernos. También la sensación de decadencia va bien con los caracteres melancólicos, aunque melancólica soy sólo en los poemas. Y el vino... me encanta, pero sólo el tinto y dos deditos en una copa.
EliminarUn abrazo, Felicidad.
Aurora, como siempre muy linda. Besitos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa. Tan gentil como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarSolamente la sensibilidad de un artista puede plasmar y trasmitir emociones y mensajes tan bellos como este.
ResponderEliminarplacer visitarte y leerte.
Muchas gracias, Atlántida "sumergida" El placer y el agradecimiento son míos. Un abrazo.
ResponderEliminar"...trampa dulce y acabada..." ¡Bendita trampa...!
ResponderEliminarEl vino es un arte,casi un milagro de la naturaleza y creo que no existe poeta que no haya cantado alguna vez al vino...
Unos versos con muchos grados Aurora..
un abrazo.
Lástima que yo no tenga el talento de Claudio Rodríguez en su "Don de la ebriedad" Lo mío se limita a poner una copita de anís en el arroz con leche y algo de coñac o vino blanco en la carne estofada. Por lo demás soy abstenia pero no rechazo una copa de vino tinto (si es muy bueno mejor que bueno)y recuerdo mis tres curdas infantiles por beber lo que no debía y por pura curiosidad.
EliminarUn abrazo, Jerónimo.
Nunca estamos solos
cuando sabemos
que ocupamos
un lugar, en el
corazón del amigo.
Quisiera que la belleza
de esta tarde del miércoles,
conquistará una sonrisa
en la cornisa del viento
para ti!!
Un abrazo de violetas
y un beso de poetas.
Atte.
María Del Carmen
Un abrazo de violetas en esta primavera de lluvia y niebla es lo que nos hace falta. Muchas gracias, tienes una gran facilidad para escribir versos. Un abrazo y... gracias de nuevo.
EliminarUn perfecto canto a los especiales caldos que nacen con un largo proceso que se gesta en otoño y se degustan en el momento adecuado para taninos y colores aporten el aroma adecuado. Creo, amiga Aurora, que has equivocado el blog al que querías comentar. No es problema. Estudia el c caso y actúa en consecuencia. Sólo picando sobe el nombre puedes acceder a Dactyliotheca.
ResponderEliminarUn saludo, Aurora.
Muchas gracias, Antonio. Un placer tu blog. Esas cosas me interesan mucho. Anduve por uno de Astrofísica, no sé si te refieres a eso. Saludos.
EliminarAurora
ResponderEliminarse siente el aroma d e la vid...
acompañado de buenas amistades mejor se sienta vivenciar su sabor ...sobre todo cuando esta uno en familia.
saludos!
Ajá... Entonces todo cobra otra dimensión. Saludos y gracias.
EliminarUn placer que llegases hasta mi blog Aurora, vine siguiendo tus huellas, y me quedo para leerte un ratito : )
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mismo para ti. Todos tenemos un Paraíso Perdido, no sólo John Milton y todos son particularmente personales. Muchas gracias y un abrazo.
EliminarPequeñas chispas encendidas que la imaginación transporta a cualquier parte, como tú haces.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde Aurora.
Pues sí, miguiño, gracias.
ResponderEliminarMe gusta tu poema y me entusiasma el color de las vides. Un color cálido y acogedor como el buen vino.
ResponderEliminarAbrazos fuertes.
La calidez del otoño es inigualable. Las vides llevan tal carga de historia, de vida, han acompañado al Hombre en todos sus avatares y lo han alegrado y, a menudo, matado. Un abrazo y gracias.
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