domingo, 22 de abril de 2012

PARÍS

Siempre que voy a París
echo de menos mis macetas de albahaca.
Si es en invierno sé que florecen con unas extrañas
flores de lana y papel.
Si es en verano, cultivo en ellas también sombreros
y girasoles.
Sólo el otoño en París
me permite embriagarme con la luz de Montmartre.
Mi albahaca, sin embargo, nunca florece en otoño,
se entristece  conmigo paseando  los Campos Elíseos
y escuchando ¿te acuerdas? la voz de aquel niño.

...mon pauvre enfant, ta voix dans le Bois de Boulogne.

AGR-De "La tierra vertical", Deva 2005.


7 comentarios:

  1. Precioso Aurora. Cuanta sensibilidad y cuantos sentimientos solapados tras tus versos.
    Te admiro amiga.

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  2. Qué bonito!!! Me ha trasladado por todos estos sitios y ha traído recuerdos irrepetibles... Sólo el otoño en París

    Siempre París...

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  3. Gracias, Diego; gracias Marina... qué bien escribes el español, me gustaría escribir a mí así armenio. Por cierto, si vas a París "que no te roben el bolso".

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  4. Es la segunda vez que lo intento, pero este endiablado mundo de la informática no me permite hacer un comentario. Me sumo a lo que dicen los comentarios anteriores. ¡Qué bien poder disfrutar de tus escritos.
    Un besazo, amiga

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  5. No entiendo nada... Pues tú eres una experta, Sabeliña. A ver si consigo yo algo parecido a lo que tú haces, aunque me parece que soy más torpona... Bicos y bicos.

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  6. Me gustaría que pudieras ver la cara que se te quedó.

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