sábado, 24 de noviembre de 2012


Anochecer en La  Antigua, mi aldea



                           MEMORIA

Algunas madrugadas parece que la vida
late un instante sobre la tersura de un espejo
y el mar es un sueño sin nombre.
Dentro de mis ojos siento el atroz
silencio de la muerte
y quienes precedieron mi memoria
me miran desde su honda soledad, pero ellos
no lo saben. Son como luciérnagas 
en mi mente.

Pero vuelve la luz a mi ventana
y me rescatan los recuerdos
de los amarillos y fugaces días del maíz.


De "La tierra vertical"

2 comentarios:

  1. Memoria entre la niebla y donde surge la mar a través de esa ventana que poco a poco se va abriendo en tus versos.
    Un abrazo y feliz domingo Aurora.

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