lunes, 22 de diciembre de 2014

UNA DE LAS RESEÑAS DE PRESENTACIÓN DE "VÍA MUERTA"



UNA DE LAS RESEÑAS DE PRESENTACIÓN DE 

VÍA MUERTA




Tren Vilaodriz-Ribadeo, sól con coches de pasajers

Por Marián Suárez.


Es este un libro que se lee cadenciosamente, como fluyen las aguas del río que bañan los paisajes de la nueva novela de Aurora García Rivas. El Eo y el tren minero Villaodriz – Ribadeo, vías de comunicación y fuentes de  riqueza de la comarca, discurren paralelos ejerciendo de metáforas de la peripecia vital de los personajes. La carretera, el río y el tren vertebran sus idas y venidas, sus encuentros y desencuentros. Si bien, como se apunta en la obra: “el río no lleva billete de vuelta”.
El tren es singular protagonista de los avatares de Pedro y Clara, los acerca y los aleja entre sí o lleva a Pedro lejos de su casa para devolverlo luego, tras los horrores del Rif, a su terruño dispuesto a empezar una nueva vida cerca de los suyos.
Marruecos como experiencia de muerte, la guerra en la que se empecina la España de la Restauración, convencida de su capacidad colonialista pero que no contaba con la resistencia de los rifeños ni con la caótica gestión del conflicto. El desastre de Annual bajo Alfonso XIII convertirá a Pedro en un superviviente que sólo sueña con volver a su aldea de “hierba fresca y fuentes cristalinas”.
La Tierra de Miranda acoge la vidas sencillas de sus vecinos, sus quehaceres diarios, su fiesta de San Juan y su Virgen de Conforto. Para Clara el tren es algo misterioso que se convierte en “doméstico” cuando añaden a los vagones de transporte de mineral los de pasajeros y correo. La vida en la frontera discurría plácidamente y parecía que iba a durar siempre.
En la novela de Aurora G. R. el traqueteo del tren es el nexo que todo lo amalgama: Pedro, Clara, Inés... Por sus andenes desfilan los personajes y el tiempo. El fulgor de los buenos tiempos de progreso y la decadencia de las minas que llevaron a la comarca al abandono y a la vieja Chocolatera a las vías muertas.
Inés escoge otra vida y, tras el anuncio de la boda de Pedro y Clara y la partida de Pedro a África, deja la aldea y emigra a la cosmopolita capital cubana huyendo del rencor que siente hacia Clara. La Habana de los años 30 es un escaparate para una muchacha, que sin embargo, no se deja engañar por el brillo superficial de aquella gran ciudad. Sabe que deberá trabajar duro para sobrevivir en el fin del mundo. Es la Cuba de Machado, la de las grandes mansiones y las damas con sombrero. Pero también la de los maniseros descalzos y la de la depresión del 29.
Inés es el gran descubrimiento de la novela, valiente y pragmática, hará de una idea brillante un negocio próspero que le permitirá seguir ligada a su tierra por un hilo intangible.
Capítulo aparte merece el otro gran personaje femenino de la novela: Doña Catalina. Doña Catalina no viaja en tren porque no sale de casa, mientras toda la villa de Ribadeo espera que doblen por ella las campanas de Santa María.
Sus negocios la mantienen unida al ferrocarril pero ya no llega mineral a la estación
de Villaodriz. Con una vida aparentemente frívola en el imaginario de los ribadenses,
la anciana evoca fantasmas dolorosos en un ejercicio de introspección al final de sus días. La centenaria dama esconde un secreto que provocará un vuelco en la vida de algunos de los protagonistas y dará qué hablar durante años a sus vecinos.
La novela discurre como las aguas del Eo “como una enciclopedia viva que habría ido recopilando la memoria de los pueblos”, trufada de personajes de otra época con nombre propio y de referencias culturales del occidente asturiano y su frontera gallega.
El título de la novela resume a la perfección la palpitante historia de unas gentes que aman, sufren, sobreviven... en un escenario cambiante y en declive.
Desde la cercanía de lo cotidiano, Aurora G. R trasciende la realidad de una sociedad y una época para dotarla de poesía.
En palabras de la escritora estadounidense Siri Hustvedt: “Lo profundamente íntimo y familiar puede ser transformado por el lenguaje, el pensamiento y el sentimiento en una obra que va más allá de la vulgar realidad”. “Las emociones que vivimos a través de la ficción nunca son ficticias. Son reales y afectan a nuestras vidas”.


Marián Suárez.- Presentación en Ribadeo 
Ateneo Jovellanos 
Club de prensa de la Nueva España
              por
Marián Suárez.






 "VÍA MUERTA"

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