sábado, 30 de junio de 2012



Para Juan Miguel (in memoriam) que quiso poner música a este poema y no le duró la vida.
Pájaro muerto en un fondo blanco. Foto de archivo - 4716542
Foto: Lalito

 
A un pájaro muerto.

No hay vuelo más alto
que el último vuelo de un pájaro
que muere:
sublime abandono a lo ineludible,
dócil comunión
                          con las estrellas.

Un hombre —solitario guardián
del rocío—, pedalea hacia la cumbre.
Corazón de niño
con los dedos
afinados de armonías,
pretende recobrar el leve aleteo
de sus alas
yertas en la umbría claridad
de los alisos.

Mas lo devuelve conmovido
al místico abrazo
de la hierba,
como a  una criatura acostada sin sueño,
que está porque sí,
porque no sabe hacer otra cosa
que rendirse
al transcurso aciago de las horas.

Aurora G. Rivas de "Siete cajas chinas"


5 comentarios:

  1. Aurora, fuerza, sensibilidad y belleza.

    Un abrazo amiga.

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  2. Agradezco cada visita a este blog en el que intento reflejar una forma de sentir que, seguramente, compartís muchos. Gracias a todos, tanto de nuestro país como de tantos países lejanos. Aurora

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  3. Aurora, es un homenaje intenso a ese pájaro libre que voló lejos, que voló para ya no regresar.
    Profundamente emotivo y melancólico que surca verso a verso las líneas que trenzan el alma del recuerdo, del adiós.
    Aurora feliz de leer tu poesía.
    UN ABRAZO

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Felicidad. Un abrazo desde Oviedo hasta las islas más bellas del mundo. Aurora.

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