domingo, 8 de julio de 2012

CARTA A ANA MARÍA
 (Sobre un relato de Ángeles González Sinde) Cuadro: Juan Gris.
Querida Claudia: Aunque tu carta me ha traído una noticia luctuosa, y si no fuese un disparate, te daría la enhorabuena por la muerte de tu madre. Supongo que te habrás quedado a gusto.
Nunca fui capaz de entender que el hecho de que te llamase Animari en lugar de Anamari o Ana María, te haya conducido a odiarla de tal manera puesto que ella, como ocurre muchas veces con las madres, te puso su propio nombre seguramente para sentirse más cerca de ti.
 Si no era capaz de decir tu nombre correctamente, sería porque así le resultaba más fácil o más corto, o porque lo había aprendido mal; también podía tratarse de otra de sus zafiedades que, dicho sea de paso, eran involuntarias. La pobre mujer no podía ser más vulgar, pero no tenía mala intención y lo sabes.
Podías haber cambiado tu nombre mucho antes y no obligarla a recordar que, cuando te llamasen por teléfono, tu nombre era Claudia, como habías dicho a todo el mundo, y no Ana María. Fue algo miserablemente perverso.
Te vi tan a menudo ponerte como loca cuando te llamaban por teléfono y ella corría a descolgar —era una de sus poquísimas distracciones— y decía a voces: aquí no vive ninguna Claudia, que no puedo dejar de sentirme cómplice por no haberte corregido. Oía cómo bajabas las escaleras de cuatro en cuatro, le arrebatabas  el teléfono y decías con una voz tan falsa y almibarada que me daba náuseas: hola, hola, soy Claudia.
Si tanto odiabas el nombre de Ana María, comprendo que, ahora que tu madre ha muerto, te faltase tiempo para ir al Juzgado y cambiarlo por Claudia. Lo que no acabo de entender es por qué lo has hecho si me dices que Claudia tampoco te gusta.
Un abrazo de tu amiga. A.

6 comentarios:

  1. Bonito relato Aurora, en esa "carta a Ana María".
    Un abrazo y una feliz semana.

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    1. Gracias. Una vez leí -hace un montón de años- un microrrelato de Ángeles González Sinde con esa temática y el mío es una especie de continuación.
      Feliz semana, amigo. Aurora

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  2. Aurora, una difícil y dura situación madre e hija que en formato espistolar nos vas narrando y vamos imaginando el complejo mundo de las relaciones filiales que se escondían tras un nombre.
    Un ineteresante relato que suguiere una historia intensa.
    Un placer leerte.
    Un abrazo

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    1. Sí, tienes razón. Un mundo a veces lleno de sombras y de inquietud, de incomprensión e incomunicación, pero real.
      Gracias. Un abrazo.

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