jueves, 20 de diciembre de 2012

             Nací en esta casa. Algunas de sus paredes datan de finales del s. XVII. Han pasado por ella generaciones y ahora es nuestro referente y el lugar dónde nuestra madre nos convoca en el verano.
A ella y a la memoria de mi padre, he dedicado este poema de mi libro "La flauta del sapo". Escuchar al  "sapo" me tranquilizaba cuando tenía miedo por la noche. Adoro a los sapos.




 REGRESO

Qué frío y qué silencio
                  me golpea el corazón
al abrir otra vez la puerta de la casa.
Qué de bruma y escarcha en las paredes,
huellas de otras vidas, humedades,
rancias botellas de licor,
anaqueles vacíos y antiguas alacenas.
El sapo aún toca
                     su flauta de otro tiempo
y al alba
vuelve a su escondite:
se camufla en la otra cara de la luna.

Hay tanta soledad en las alcobas,
los armarios vacíos,
goteras… Un enjambre de polillas
se esconde de la luz
                      y la flauta del sapo
invade con su silbo mi memoria.

Aurora de “La flauta del sapo” DG ediciones, 2008

16 comentarios:

  1. Bonito poema y con gran ternura y recuerdos de la vieja casona del verano.
    Un abrazo y el deseo de que tengas un lindo jueves.

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    1. Muchas gracias, Rafael. No es una casona, es una casa humilde de labradores humildes, eso sí, de piedra.
      Un abrazo y hasta tus próximas rimas.

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  2. Aurora, la casa testigo de siglos y avatares es una bella arquitectura en un enclave paisajístico no menos bello como se observa en la fotografía.
    Es un emotivo poema de naturaleza e infancia, de nostalgias y homenajes. Ciertamente el canto del sapo en invierno como el del grillo en verano proporcionan calma.
    Un abrazo

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    1. Querida Felicidad: las paredes que se ven, tienen unos setenta años, las "viejas" están detrás. Esa parte de la casa está algo arreglada, lo que nos permite pasar en ella algunos días en verano. Ahí nació mi padre, mi abuelo Manuel, mi bisabuela Coleta... y mi tatarabuela Cristina. A partir de ahí, se pierde el "árbol genealógico". Ahora se ve bastante bien, hasta hay una farola de alumbrado público y llega a ella un camino bueno. Cuando yo era pequeña no teníamos ni luz ni agua en casa, no había carretera... Eso sí, el paisaje era el mismo, más gallego que asturiano, está justo en la raya con Lugo.
      Un abrazo y mi agradecimiento.

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  3. Que hermosura de poema a lo que significa esta casa para ti. Me resultó curiosa tu relación con los sapos porque los veranos de mi niñez, tamibén nos trasladábamos a una casa, donde disfrutaba de la costubre de salir de safari a por ranas.

    Aurora, aprovecho la ocasión para desearte unas felices fiestas y por supuesto un buen 2013.

    Un abrazo

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    1. "Lejos queda mi casa/ ola única que siento como mía/ aquella donde dieron/ sentido a mi nombre/ cuando se repartía el pan en la mesa / y la faena del día"
      Eso dice el mejor poema que dediqué a "mi casa" nuestra casa, donde aprendí las mejores y más bellas palabras: madre, padre, hermano, pan, agua... libro.
      Un abrazo, y deja en paz las ranas, pobres bichos.
      Mis mejores deseos para ti estos días y todos los de tu vida. Gracias y un abrazo.

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  4. Aurora, un poema precioso que nos lleva a tu infancia. Nos dejas compartir tus recuerdos y tus pequeños secretos: tus miedos de la noche.

    Te deseo noches sin miedo, sólo "flauta" y "sapo".

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    1. Ay, amiguiña!¿La recuerdas? La vimos en el autobús, desde la carretera cuando fuimos a visitar mi pueblito con la Biblio de Pumarín.
      Un abrazo, para todos. Feliz año.

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  5. El tiempo gira en su permanencia desharinándose siempre, y en la pluma y verso de la Poeta el canto del sapo fluye con fuerza y vida.
    Mi abrazo Poeta!!!

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    1. Muchas gracias, Aristos. El tiempo es una quimera entre las agujas de un reloj. Lástima que hayamos aprendido a medirlo.
      Mi sapo (que fueron más de uno y dos), permanecer en el recuerdo como un duende benefactor.
      Un abrazo.

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  6. ... y el alba vuelve a su escondite, se camufla en la otra cara de la luna ...
    Que cosa más bonita, sencilla, entendible y a la vez ... difícil.
    Un abrazo muy fuerte.

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    1. Muchas gracias, bosque de abedules... Nunca vi al sapo (a los sapos), sólo lo escuchaba. Pero acudía puntual a la cita con la noche (supongo que a cortejar aunque yo me creyese otra cosa) La imaginación de los niños, igual les juega malas pasadas que les ayuda a sobrellevar malos momentos. Eso me pasaba a mí. Y mi sapo es mi sapo, nunca lo olvidaré.
      Un abrazo y gracias por tu presencia. Por cierto, tienes un magnífico blog y u gusto exquisito para la fotografía.

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  7. Se respira paz...
    Un abrazo fuerteeeeeeee
    mar

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    1. Sí, es verdad, Mar. Y nostalgia. Escribir es una forma de recuperar recuerdos. Un abrazo y muchas gracias.

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  8. Esa casa donde el sapo toca la flauta de otro tiempo ha llenado de recuerdos mi memoria y me ha hecho ebozar una sonrrisa al tiempo que leía tu poema.
    Gracias por visitar mi espacio.
    He venido a visitarte y me ha gustado mucho tu blog, me quedo como seguidora.
    ¡Felices Fiestas! y un saludo

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    1. Gracias a ti Carmen, es muy agradable tener nuevos amigos literarios. Y gracias por quedarte. Que mi sapo nos acompañe en este camino de encuentros.
      Feliz Navidad y un abrazo.

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